Museo de Escultura de Leganés
La propuesta para el concurso de Museo de Escultura de Leganés nace de la idea de integrar el parque en el que se desarrolla en la actualidad el museo al aire libre, con el resto del casco urbano de la ciudad. Se elimina por completo el cierre perimetral vallado, permitiendo el disfrute de la totalidad del parque, así como de las esculturas exteriores. Éstas serían visibles pero no accesibles, estando protegidas al situarse en patios controlados y regulados a los que sólo se accede desde una nueva edificación museística.
Dicha edificación de nueva planta se genera a partir de un proceso que heredamos de los trabajos agrícolas. Igual que el labrador ara la superficie de su finca para mejorar las condiciones del suelo que le alimenta, facilitando el acceso de las semillas a las fuentes de oxígeno, luz y agua; nuestra propuesta parte de “arar” una zona de la superficie de la parcela en cinco hiladas, eliminando la planeidad de la misma, introduciendo diferencias de cota que mejoran sus condiciones, permitiendo la creación de salas iluminadas, patios protegidos, recorridos y accesos regulados, así como espacios exteriores en las que ofrecer una visión libre pero controlada de las esculturas.
La nueva edificación parte de un movimiento de tierras que libera la zona solada al noroeste de la parcela. Así, un solar de aproximadamente 5800m2 se vacía para situar sobre él 5 muros longitudinales paralelos que recorrerán la parcela. Estos muros irán variando en profundidad y materialidad, pero siempre serán las líneas estructurales sobre las que se apoye todo el proyecto constructivo. Dichos muros habilitan el espacio entre ellos a los distintos usos de museo: salas, talleres, instalaciones, patios, etc. Los muros formalizarán los lados largos, mientras que los cortos serán generalmente grandes huecos que se abren a los patios hundidos buscando iluminación. Sobre estas piezas de hormigón, entre cada una de las líneas estructurales, se volcarán pequeñas montañas de tierra vegetal ataluzada, constituyendo un paisaje verde, de césped y matorral que definirán los recorridos transitables, zonas de estancia, pendientes no recorribles, miradores sobre los patios de esculturas, etc. Cada hilada se eleva, se hunde, o se prolonga en una torre mirador; en definitiva, altera su topografía, dentro de cada una de las hiladas de dimensiones que oscilan entre los 3, 5 y 9 metros.
Se crea un doble recorrido interior-exterior, que permite visitar la exposición permanente, la temporal, la que se dispone al aire libre y el jardín, en un agradable paseo en el que se suceden acontecimientos visuales y sensoriales. Salas de exposiciones, esculturas que emergen de patios enterrados, muros vegetales, patios arbolados, un enorme mirador, conforman un continuo de escenas que nos sumergen en una atmósfera en la que la cultura y el jardín se funden.
Conocemos las ventajas que las arquitecturas populares han obtenido de la construcción bajo tierra, el aprovechamiento de cuevas, el uso de patios protegidos, o la integración de la vegetación en la construcción. Nuestra intervención quiere aprender de la herencia de estas construcciones que, buscando las mejores condiciones de iluminación, ventilación, y control de la temperatura, supieron acomodarse al terreno en el que se ubican. De tal manera, las salas y usos anexos de la edificación principal se sitúan, en su mayoría, bajo el nivel del terreno, abriéndose a los patios ventilados y protegidos, y cubriéndose con tierra vegetal. Facilitan así un recorrido exterior, aportando una mejora sensible en el control de la temperatura interior y minimizando el aporte de sistemas de acondicionamiento térmico.
Entendemos que la propuesta respeta la mayor parte del jardín existente, evitando el gasto de transporte, almacenamiento y replantado de los árboles existente (o incluso la introducción de otros nuevos) que podría suponer una intervención de tal superficie sobre un espacio arbolado. Además de respetarlo, construye un nuevo paisaje verde que se integra con el existente, combinando cultura y espacio libre en una única experiencia a través del Museo de Escultura al Aire Libre de Leganés.